
Logramos la absolución de nuestro cliente del delito de receptación, al acreditar que no era consciente de la procedencia ilícita del objeto, ni había “precio vil”.
Detuvieron a nuestro cliente tras localizar un teléfono móvil de alta gama que éste llevaba, que anteriormente había sido sustraído mediante un robo con violencia e intimidación. Y en su declaración policial sostuvo que el teléfono móvil lo compró a través de Internet y no tenía factura.
El Fiscal consideraba que nuestro cliente era plenamente consciente de su ilícita procedencia, por las condiciones anómalas de su adquisición, y solicitaba que se le condenase por un delito de receptación a la pena de 7 meses de prisión.
El Despacho consiguió que el Juzgado de lo Penal nº 8 de Valencia absolviera a nuestro cliente de la acusación de la que era objeto, con todos los pronunciamientos favorables, porque logramos acreditar que cuando nuestro cliente adquirió el teléfono móvil no era consciente de su procedencia ilícita, y que en este caso no existía el necesario “precio vil”, ni hubieron circunstancias anómalas en la compra.